Este será el año el en que el fútbol se lo comerá todo. La desgracia de las zonas desvastadas por el mega-sismo pasará a la historia con los goles, los plasmas, las señales satelitales y los comentarios de los "comentaristas deportivos".
A pesar de eso, a pesar del mundial de fútbol, no debemos olvidar nuestros deberes solidarios y organizativos con quienes estan sufriendo las inclemencias del tiempo y los efectos de una naturaleza caprichosa.
Una preocupación central debieran ser los niños y los jóvenes. No esperemos que venga el Gobierno a resolver todas las cosas pendientes como por arte de magia, porque pensar eso sería de ilusos; ellos sólo están preocupados por su imagen. Es la hora de la organización y de la solidaridad, no del paternalismo populista ni de la caridad. De este modo iniciamos nuestra serie de publicaciones y en la que esperamos se sumen sus contribuciones.

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